Todo buen bloguero tiene una buena familia que le cuida, le hace la comida, le limpia los mocos, le recuerda cuando tiene que ir al baño y en definitiva, hace que en su vida no haya nada más de lo que preocuparse que pensar en un tema para el siguiente post y en como quitar las manchas de grasa de la pizza del día anterior de encima del teclado. Además, como toda buena familia, nunca jamás meterán sus narices en lo que el buen bloguero escribe, de tal manera que se crearán dos mundos separados, uno el denominado real al que llamaremos A, en el que hay mocos verdes y resbaladizos que limpiar, el otro, el denominado “mente del autor” casi completamente igual, al que llamaremos B, con la salvedad de que el color de los mocos cambia con los deseos del autor.
Este equilibrio suele llegar a su fin cuando por h o por b, uno de los dos mundos se mete en el otro, habitualmente él A se mete en el B, o más concretamente, deja de cuidar al B, y entonces B muere asfixiado por sus propios fluidos pulmonares. En estos casos, la recuperación del sujeto autor suele ser difícil, siendo a veces imposible, que es lo que se conoce como “¡otro blog muerto!
Y como cuando escribo estas líneas es bastante tarde y mañana tengo que madrugar, y la idea que me llevo a plantarme en los teclados es completamente distinta a lo que mi mente calenturienta ha creado, creo que me voy a dormir... a las 9:00 a.m
2 comentarios:
Eso explica porque la sangre de los alien corroe todo menos su cuerpo...
emm... creo que te has confundido de entrada, aqui no se habla de alien... de momento
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