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martes, 22 de octubre de 2013

Partida de z-corps. Otro punto de vista

Todos habréis visto la crónica que escribió Bano hace unas semanas sobre la partida de Z-corps de las LES, a mi me pareció buena idea que la hiciera en primera persona, pero, como es lógico, deja muchos puntos oscuros respecto a los demás protagonistas, en particular no creo que tratara a mi personaje con justicia, llamándole “tipo”, teniendo en cuenta su papel en dicha partida, y, como está en mi mano, os presento la misma partida desde otro punto de vista:
 La increíble historia de cómo sobreviví a los zombis con un grupo de tarados. Por Rufus.
Llegué a mi casa después de un duro día de trabajo, casi me habían pillado los guardaespaldas de un político al que intenté robar un maletín (soy carterista ¿vale?) y escapando me había dado un golpe en la cabeza, me metí directamente en la ducha, al poner el agua vi que caía sangre al suelo, salí y me miré en el espejo, tenia una herida en la frente, nada grave pero estos días corrían noticias inquietantes sobre una infección y zombis, así que me tapé la frente y fui al hospital.
(La introducción me ha quedado de puta madre, vamos ahora con la historia)
El hospital estaba lleno y había un par de personas armando ruido, un tío con pinta de camello (de drogas, no el animal, aunque también tenía un aire ahora que lo pienso) era el que más gritaba pidiendo no se que pastillas (tranquilizantes a juzgar por sus gritos), me colé para que me cosieran la herida antes pero cuando salí decidí quedarme un rato más, había demasiada gente para desaprovechar la oportunidad (así soy yo de profesional), además sólo había un segurata muy gordo comiendo bollos.
Mientras daba vueltas buscando victimas oí un ruido como de sirena, me acerqué a la puerta, una ambulancia venía a toda pastilla hacia la puerta, una urgencia  seguramente, pero me alejé por si había perdido el control, nada más ponerme a una distancia prudencial la ambulancia se llevó por delante la puerta y una parte de la pared, la gente empezó a correr por la sala pegando gritos, el segurata consiguió reunir a unos médicos y empezaron a sacar al conductor, la gente les rodeaba para ver al conductor, ¡incluso había una adolescente (la típica niñata) sacando fotos con el móvil!, de repente se oyeron unos ruidos en la ambulancia y los médicos soltaron de golpe al conductor, por el agujero que había dejado la ambulancia se veía que al fondo de la calle había zombis, cundió el pánico, la gente no sabía que hacer y alguien gritó:¡Todo el mundo fuera!, era el segurata, no se si era muy tonto o quería que alguien distrajera a la horda para escapar, un pollo sacó una pistola y se puso a pegar tiros a lo loco, perfecto, eso era como llamar a gritos a los zombis, el segurata se le echo encima, le aplastó y le quitó la pistola. Al fin la cosa se organizó un poco y todos subimos al siguiente piso, en la escalera aproveché para quitarle la cartera a un tipo con traje y muletas, una vez todos subimos bloqueamos la escalera con unas camillas, el segurata me mandó a mirar por la escalera de incendios y “que no saliera nadie”, este tío es tonto pensé, le dije que me diera la pistola del idiota de antes, no me hizo ni puñetero caso, se fue a las escaleras y ¡le dio la pistola a una enfermera!. Yo miré por la escalera de incendios y avisé que era seguro salir por ahí, la gente gritaba casas como huir y que había que trasladar enfermos, ¡Para preocuparnos por enfermos en ese momento! En ese momento dos zombis asomaron por la escalera, al segurata no se les ocurrió una idea mejor que dejarnos sin barricadas tirándoles a los zombis las camillas, la chica de las fotos cogió un extintor y empezó a rociar a los zombis con espuma, lo que no sirvió de nada y les tiró el extintor, la mayoría de la gente salió en desbandada, nos quedamos unos pocos, entre ellos la adolescente, la enfermera, un chico, el segurata y unos pocos enfermos con muletas, la verdad es que el único motivo por el que no salí con el resto de la gente fue porque si había algún zombi por la zona seguiría a un grupo más grande. La razón se impuso (o más bien los zombis terminaron de subir la escalera) y los que quedábamos bajamos al parking, donde había una ambulancia, no quedaba nadie a la vista, en esto apareció el camello por una calle lateral gritando que la poli lo tenía jodido y que venían zombis por esa calle, forcé las puertas de la ambulancia y entré en el sitio del copiloto (no se hacer un puente, no robo coches), el resto se subió a la ambulancia y el segurata se puso al volante diciendo que podía arrancarla, ¡Y ya lo creo que la arrancó!, de un tirón se llevó toda la caja de cables quedándose con estos en la mano y una cara de imbécil que no podía con ella, salí corriendo, creo que los zombis ya estaban saliendo de la calle, no estoy seguro, no me paré a comprobarlo, mientras corría oí un “allí”, me volví ligeramente y vi que el segurata señalaba un edificio, el segurata había demostrado no ser de fiar, pero los zombis se habían quedado muy atrás (entretenidos con los tipos de las muletas) y correr sin pensar acabaría por ser malo.
Paramos en la puerta que había señalado el segurata, éramos seis, además del segurata y yo estaban: el camello, la adolescente, la enfermera y el chico, que había cogido un hacha. Palpé mis bolsillos, no había perdido ni mi navaja (siempre la llevo encima por si acaso un robo se me resiste demasiado), ni mi botín (dos carteras, le había cogido otra a un médico cuando todos salieron por la escalera de incendios), saqué mi navaja del bolsillo y forcé la puerta, nos metimos en una especie de cuarto con una puerta al fondo, la abrimos y nos encontramos en un pasillo con una puerta y una ventana a cada lado (daban a unas salas que parecían despachos, no a la calle) y otra puerta al fondo, estaba lleno de cadáveres, investigadores en las dos salas y tres z-corps al final del pasillo, cada uno tenía una metralleta y una pistola, prácticamente me abalancé sobre el más cercano, lo cogí de los pies y lo arrastré lejos de los otros dos (no sabía si se podían levantar, pero desde luego no me arriesgaría), la adolescente y el chico del hacha se echaron encima de los otros dos, con toda la despreocupación que a mi me faltaba, mientras les quitábamos las armas a los cadáveres el segurata y la enfermera miraron en los despachos y el camello entró en la sala que había al fondo, de repente oí unos tiros seguidos de gritos (como de cerdo en matadero), todos nos giramos pensando que uno de los muertos se había levantado y en lugar de eso nos encontramos a la adolescente con la metralleta humeando en una mano y un brazo del z-corp muerto en la otra, la apartamos para que se relajara, en esto el camello salió de la sala en la que había entrado, marcó un número con el móvil y se puso a hablar con alguien, no se de que hablaba pero conseguí enterarme de unas palabras como: “helicóptero”, ”recoger”, “somos seis” y “¿lo queréis o no?”, vamos, que el camello había encontrado algo y alguien tenía mucho interés en recuperarlo, colgó y nos dijo que venían a recogernos y teníamos que volver al tejado del hospital (de puta madre, hay podía haber más zombis que en el resto de la ciudad), el segurata cogió la pistola de un z-corp y el chico le dio el hacha al camello (que la miró con cara de: “como mierdas se usa esto”), el camello le dio unas “pastis” para que se calmara, “Vamos a ir hasta el hospital sin llamar la atención.” nos dijo el camello. Salimos del edificio, vimos a dos zombis yendo en dirección contraria al hospital, esperamos a que pasaran y salimos del edificio con cuidado, bueno, casi todos, mas bien solo tuvimos cuidado el segurata y yo, todos los demás hicieron suficiente ruido comparable al de una carga de caballería, creo que se enfadaron con unos cubos de basura, los zombis se dieron la vuelta  y nos pusimos a correr a lo loco (menos mal que la calle estaba desierta que si no…), el camello se empezó a quedar rezagado, eso era malo, el era el que sabía que hacer para que nos recogieran, pero de pronto nos adelantó a todos (seguro que se tomo algo para correr tanto, o vio que le pillaban los zombis) subimos las escaleras de incendios casi atropellándonos unos a otros (ya oíamos el helicóptero, seria estúpido dejarnos pillar en ese momento),  subimos la escalerilla y nos relajamos un poco, mientras los demás subían se me ocurrió mirar por la ventanita de la puerta (que gran idea la mía, ya veréis), lo primero que vi fue a dos zombis subiendo las escaleras y detrás de ellos apareció un bicharraco de dos metros y medio (más o menos), con unas garras en vez de manos, totalmente blanco y totalmente en pelotas, como si eso no bastara para acojonar a alguien (yo ya estaba con los cojones de corbata al ver eso)  el bicharraco se lanzó encima de los dos zombis, partió a uno en dos y se lo empezó a comer y mientras comía le arrancó la cabeza al otro, me di la vuelta haciendo gestos y balbuceando cosas como: bicho, grande, gordo y similares y subí las escaleras sin esperar siquiera a que el que subía llegara arriba, el helicóptero ya estaba y varios z-corps se habían bajado y estaban asegurando la zona, crucé la azotea corriendo y gritando lo mismo que antes (y que despegaran rápido), al parecer el único que quedaba detrás mío era el segurata, antes de que yo llegará al helicóptero la puerta por la que se entraba al edificio salió despedida y apareció el bichejo  comezombis con bastante hambre, más que nada porque empezó a cepillarse a los z-corps, mientras el amigo se entretenía con los z-corps el segurata y yo llegamos al helicóptero, la adolescente le puso la metralleta en la cabeza al piloto para que despegara, el segurata intentó quitarle el arma (¿Para que? ¿Acaso pretendía esperar a que el bicho ese subiera al helicóptero?), pero la chica iba tan puesta que no pudo (no se que le habría dado el camello, pero era bueno joder) y el helicóptero despegó dejando al bicho en la azotea, pero, antes de que nos diera tiempo a alejarnos suficiente, nos saltó encima y la enfermera le disparó con su pistola, los tiros no le hicieron nada, aunque gracias al retroceso y que nos estábamos alejando sólo dio un golpe de refilón al helicóptero.
Mientras nos alejábamos por el aire vimos que la ciudad un caos, así que me acomodé en mi asiento y me puse a mirar lo que tenían las carteras que había cogido.

Bueno pues esta es la historia, espero que no se os halla hecho demasiado larga (quería ser fiel a la partida todo lo posible), aunque para ser sincero estaría muy bien tener la versión del camello (el personaje de Ki).

4 comentarios:

Ki dijo...

¿me veiais como un camello? a mi, un humilde y honrado tarotista profesional...

Rodrigo Villarrubia Barril dijo...

Pensemos que este es el punto de vista de un carterista

Anónimo dijo...

Dame una Z!
Dame una O!
Dame una M!
Dame una B!
Dame una I!

ZOOOOOOMBI !!!!

¡Qué bien lo pasamos! :P

Bano Tuk dijo...

Me encanta el concepto de contar la historia de manera fiel a la verdad desde el unto de vista de uno...

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