Diario de una campaña: “El Imperio de Malaz” VII

Y hoy, lo que todos estabais esperando. Ya he dicho a lo largo de todas las entregas de la Saga de Malaz que fue la mejor campaña que he mastereado nunca. Ahora voy a intentar dar las razones por las que así fue:

1- Es realmente la primera campaña que he mastereado yo solo. Luskan podía considerarse una campaña, pero realmente fue una serie de partidas ambientadas en el mismo escenario, aunque ese escenario no permanecía intacto sino que las acciones de los PJs anteriores influían sobre los futuros acontecimientos…

2- Los jugadores empezaron sin saber nada del mundo y lo fueron asumiendo poco a poco. Me quedaron muchos detalles por dar, pero solo conocían las cosas cuando investigaban por su cuenta o algún suceso oportuno requería una explicación. Y todos parecieron contentos de que así fuese, porque la información se volvió poder y los PJs menos combativos pudieron llegar a ser tan decisivos como los no combativos en momentos clave.

3- Los jugadores les cogieron cariño a los PJs, y mi idea de ponerles deberes funciono bastante bien: Para mañana, todos con nombre, para la siguiente sesión, un párrafo explicando quienes sois, para la siguiente, un objetivo… Así conseguí que no-roleros novatos aprendiesen sobre la marcha, en vez de saturarles con historiales, herencias y demás zarandajas.

4- Por último, y la más importante: Durante esas 6 sesiones hicimos piña el grupo de Telperion, y eso, señores, aunque pueda sonar muy cursi, es lo mas importante dentro del rol.

Y ahora sí que sí, se acabó la crónica sobre una serie de partidas que arbitré allá por Noviembre y Diciembre de 2009.